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miércoles, 29 de junio de 2011

La vez que estuve más cerca de Dios

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Sólo pienso en escribir cuando estoy de bajón. Cargo normalmente con quien tengo más a mano, que suelo ser yo mismo. Y me doy cuenta de lo mezquina, insulsa, vana, y prescindible de ésta brizna a la que llamo mi existencia.

Tomo conciencia de lo baja y ruin de su condición, que no es otra que la que me pertenece como humano, aunque yo hallo la mía más deleznable si cabe.

Aquellos que fueron capaces de las mayores perversiones, tienen más en común conmigo de lo que me esperaba, empezando por que nacieron de madre como yo.

Mis deseos me han arrastrado por el barro inmoral de la búsqueda del placer tratando de esquivar sus contrapartidas, cosa del todo imposible.

Buscando mi satisfacción encuentro insatisfacciones, que trato de eludir buscando satisfacción ...así es de necia y circular la carrera hacia la única meta.

Así pues no soy tan distinto de aquellos a los que aborrezco, aquellos cuya vileza consiste en ser esclavos de sí mismos cuando no de otros.

Como a ellos me sacuden las pasiones y me abandono a mis instintos, tratando de disimularlos, con disfraces que de tan vistos ya nadie cree.

Presto estoy a rendirme tras las primeras andanadas, a soltar timón y remos dejando al pairo mis esperanzas. Raudo acuden traidoras mis lágrimas cuando saben que conmueven, para pervertir mis escasos sentimientos.

Maldigo a ésa naturaleza que ha dejado que medren los de mi calaña sobre esta tierra que les sustenta y que no merecen. Mejor estaría poblada de animales, que hacen sin pensar lo que no debe pensarse.

Sin embargo, ésta estúpida brizna parece tener, no se por qué, ciertos fugaces instantes que la hacen excelsa, dulce como las palabras del amor, pura como el cielo de septiembre.

Son momentos luminosos, destellantes, que hacen que nos aferremos a la vida con todas nuestras fuerzas, casi olvidando que estamos aquí de paso, casi olvidando que somos menos que nada.

Si fuese creyente, podría trasladar a ese ente imaginario mis cuitas y pedirle como hijo un consejo y ayuda de padre. No es el caso, así que me tengo que espabilar yo solo, y encima en un momento en que encuentro más nobleza en la estirpe del gusano que en la mía.

Como hiena solitaria, no puedo esconder mi morro manchado de sangre, pues he husmeado en los cadáveres de varios dioses. He tratado de escapar de ésta miseria moral por las puertas doradas de quienes me hablan de su cielo de bondad, donde reina un ser omnipotente que desde su inmensa piedad, parece que va a ayudarme a pesar de conocerme tan bien.

Más todo ha sido al fin inútil, no he tenido la revelación, o quizás sí. Se me ha revelado que dios para mí fue una muleta, más ...es de los dos pies de los que cojeo.

La vez que estuve más cerca de Dios, fue en la terraza de un bar charlando con unos amigos. Hablaban, reían y el tiempo pareció detenerse. Por un momento, aquella voz interna que es testigo y juez a la vez de todo lo que hacemos había callado, y escuchaba las risas de mis amigos como un murmullo. Sus palabras llenaban mi interior, que jamás se sintió tan vacío y el mundo se hizo perfecto. Mi querido monstruo interno se hacía mudo dentro de su gruta.

¿Era ésa grata sensación de amor fraterno un signo de dios?, ¿era dios ésa sensación de ver que ya no eres el centro de tu propia circunferencia?.

No puedo nombrar lo innombrable, Dios le llame aquel día.

Llamé dios a un vértigo imparable que me nubló los sentidos, empecé a amar, y por tanto, a comprender.

Y aquel amor parecía abarcarlo todo, y hasta me pareció en cierto modo razonable mi existencia bajo su luz.

Así resultó que era cierto que "aquello" estaba en todas partes, que no hacía falta buscarlo en los templos, que estaba más cerca de lo que cabía suponer, y que ciertamente era una verdad sólo desvelada a los ojos de los sencillos.


Así pues, Dios le llame aquel día.

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10 comentarios:

vivalabiodanza dijo...

Bonito tu post.... algo de mi puedes leer en http://vivalabiodanza.wordpress.com/

Suerte y sigue compartiendo tu talento!

SYR Malvís dijo...

Sorprendente y magnifíco el relatillo con que nos regala nuestro Rivi y en el que me parece ver raudas ráfagas de pensamientos urdidos en una tarde de Puente la Reina, y en donde en su primera parte se deja oír el aullido del lobo estepario para descender a un pensamiento kierkegaardiano en donde acaba comprendiendo que el hombre no percibe su propia existencia sino cuando se relaciona con ella en un breve instante.
Por eso me gustaría transcrirte un pequeño párrafo de tu "librito de cabecera". Aquella que reza: " Usted ha de acostumbrarse a la vida y ha de aprender a reír. Ha de escuchar la maldita música de este mundo y venerar el espíritu que lleva dentro y reírse de la demás murga... Empiece otra vez el juego, de estremecerse de nuevo y recorrer muchas veces más el infierno de su interior". Pero esta vez, Rivi, hazlo con nosotros, por favor.

Pilara dijo...

Un texto precioso y muy sentido...pero Rivi, te lo digo con todo el cariño, no es bueno mirarse mucho el ombligo y menos para flagelarse. Si observas tu rededor (presente, pasado o futuro) comprobarás fascinado que todos por altos que hayan sido sus objetivos y justificadas sus pretensiones, absolutamente todos, han acabado teniendo una existencia prescindible.
No ha existido nadie que merezca, a Dios gracias, la eterna permanencia.
Quizás es lo que haga que este mundo lleve dando vueltas tropecientos millones de años aferrado a la vida... o sustentándola.
Tenemos, por naturaleza, ese anhelo de vida plena y es la vida misma la que, al final, nos muestra lo básico; momentos sencillos, espontáneos, sinceros son los que de algún modo le imprimen valor a la coexistencia y hacen que la de cada uno de nosotros haya merecido la pena.

Un fuerte besico.

Baruk dijo...

Creo que es un razonamiento filosófico digno de cualquier celebre pensador de antaño.

Es duro mirar cara a cara a la naturaleza de la que estamos hechos y aceptarla.

Quién como tú lo consigue, posee el verdadero antídoto contra el engreimiento desbordado.

Ojalá todos pudieran entender la grandeza que abarca tu reflexión, desde su principio a ese final. Para mi es lo mejor que has escrito desde que tengo la suerte de conocerte.

Tons

**

juancar347 dijo...

Yo te diría, mi estimado Rivi, o mejor dicho, te lo diría aquél lobo estepario que también llevo dentro, un verso muy breve de un maestro al que, como todos sabéis, venero:
'Quien quiera beber conmigo,
tiene una copa en mi mesa:
compartirá mi alegría,
pero también mi tristeza'.
Es bueno reflexionar, y en ocasiones, hacerlo sobre uno mismo; pero también es bueno abrirse, aún a sabiendas de que el mundo no va a cambiar. Pero quién sabe, tal vez cambiemos nosotros. Y ya que mencionas a Dios, y para satisfacer también a Doña Baruk, un pequeño galimatías templario:
Non nobis, Rivi, non nobis, sed nomini amitiae gloriam. Un fuerte abrazo y nunca sientas temor a expresar lo que el corazón te dicte.

Rubén Oliver dijo...

Malvís: Algo se cristalizó en Navarra, no digo que no. Bueno, varias cosas afortunadamente.
Pilara: Tienes razón, nadie ha quedado para la posteridad, visto así, casi que me convenzo más del sinsentido existencial que a veces siento. Y también aciertas en que no es bueno autoflagelarse, pero hay cosas que deben trascenderse o se convierten en un lastre. Cosas de digestión pesada y de regusto amargo... A nadie le gusta arder en su propio fuego...
Baruk: Si me llamas filósofo reconoces implicitamente mi desgracia. Pues si algo debe ser el pensamiento para florecer es libre. Y éste jamás lo será cuando lo condicionan nuestras inclinaciones de toda índole, con lo que siempre tenemos una visión deformada por nuestro propio prisma, que modelamos para darle el enfoque que más nos acomoda.
Y eso al filósofo de andar por casa le pesa.
Como le pesa su condición humana, que le hace aborrecer hoy lo que ayer amó, lo que deseó de modo tan vehemente, una vez alcanzado enseguida le colma. Y ya piensa en abandonarlo ántes que de algún modo le ate.
Y sí, es duro bajar al fondo de mi caverna y encontrarme estos lodos, pero he de tenerlo entre mis manos y amasarlo, quizá salga de él una bonita vasija, que romperé en cuanto note que empieza a gustarme.
Juancar: Al abuelo de Heidi no le hables de "abrirse", ya no...ja, ja...

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, eh.
Besos y abrazos para todos.

pallaferro dijo...

Ayer leí tus palabras y llegaron muy dentro de mi. No sólo por tu exquisita redacción, sino porque te vi, te entendí y creí entender algo en mí.

Hoy, durante todo el día, han retumbado en mi cueva interior los ecos de tu reflexión. Tus palabras me han ayudado a ser una brizna más consciente en este mundo repleto de inconsciencia. Gracias, Rivi. Y ojalá tengas muchos momentos dulces que te hagan sentir lo que sentiste en esa terraza de bar.

Un abrazo,

chis dijo...

Al leer ayer tu escrito me quedé de momento sin saber qué decir, impresionado,por esa sinceridad y autenticidad de lo que leí.
Hoy voy a decirte, Rivi, que todo lo que expresas es profundamente humano. Y como dice pallaferro, yo también me reconozco en ello.
Así que no te sientas mal, y cuando te sientas mal no te sientas sólo.
Pese a la foto de los lobos y a todos los pesares y al adagio latino de "homo homini lupus" aquí estamos para hacerte sentir lo contrario: amistad
Un fuerte abrazo

Rubén Oliver dijo...

Chis y Pallaferro, gracias por vuestros comentarios y me alegra encontrar cierto reflejo en vosotros.
Desde luego que ayuda ver que otros comprenden o se identifican con las ideas que uno expresa.
Abrazos para ambos dos...

KALMA dijo...

Hola Malvís! Un relato de ¿¡Rivi!? ¡¡¡Sorpresa!!! Y al mismo tiempo, me gusta, que texto más desgarrador, es todo pasión, como el ying-yang de la vida, aunque al final, nada es blanco, ni negro, todo depende los ojos con que se mire, de los ojos, sobre todo, humanos y es que hay demasidas "tradiciones" que limitan el espiritu animal de que reina en el corazón de las personas.
Besotes a los dos!


Publicación 2006
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