EL MUNDO DE MALVÍS

Me he levantado con ganas, con necesidad de escribir. Como cada día, desde siempre, la cama me ha catapultado a las cinco de la mañana. He p...

Se lavó los dientes, lavó el cepillo y el peine. Quitó una mancha rebelde de la falda de su traje beige y deshizo la lazada del cuello de la...

Había pasado, hacía tiempo, la edad en que es conveniente engañarse para conservar algún misterio en torno a uno mismo que mantenga la ilusi...

  Porque hay besos que nadie nos enseñó a dar y que aprendimos con la dulce torpeza de la cándida adolescencia en la carretera vieja de l...

  Martín es guarda forestal. Días pasados coincidí con el en Gútar y tomamos unas cervezas en el quiosco de Pedro. La conversación era amabl...

  - Con la venia de Su Señoría para fijar los hechos aceptados y no controvertidos. Mi representada, María del Mar, es pe...

Ya casado y con 35 años cumplidos, una noche recibí una extraña llamada. Al teléfono una persona que se identificaba como ex alumno d...

Los había quienes contaban su edad en pesetas y los que contaban su ganado por múltiplo de sus dedos de las dos manos. No sabían leer ni...

El tocadiscos fue el gran descubrimiento de nuestra generación. Tener un tocadiscos te colocaba por encima del resto de la pandil...

Hoy la conflictividad es tremenda. Se discute todo. Somos más rebeldes, sabemos más de leyes que don Isidro, el secretario, María Dolore...

Siempre que comienza un año se espera que sea mejor que el anterior, eso se pide en los deseos y luego, pasa o no.  El último fue malo, m...

A mediados de los 50, a comienzos de diciembre, semanas antes de la Navidad oficial, los niños cogíamos tortas de musgo adh...