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miércoles, 13 de febrero de 2008

Arco iris




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el nieto del invencible
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Reflexionando sobre el tema del Diluvio, pensaba que a menudo las tormentas más angustiosas son aquellas que por un azote irónico del destino acaban desatándose a nuestro alrededor.
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Hay diluvios bastante violentos, y a veces, desde lejos, eres testigo excepcional de alguno de ellos.
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Que mareo observar el esfuerzo por mantenerse a flote!, al final lo mejor es lanzarse al agua, creo que esa es la forma más segura de medir tus fuerzas con la tempestad..., lo malo es que acabamos en lo más profundo y ahogados.
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Por eso, es placentero ver, que tras afrontar el vendaval se ha conseguido llegar a tierra y divisar el arco iris.
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Intuyes que un nuevo orden está próximo, pues Dios restablecerá pronto la armonía y volverá a reinar la paz.
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A veces el arco se nos muestra bajo forma diferente a la habitual... , como decía Frederiksson:
”En cada nacimiento de un niño, el Gran Dios intenta restablecer la totalidad”
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......................................................Felicidades abuelito!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

:-) LO QUE HABRÁ QUE INCULCAR , DE UNA FORMA SUAVE Y CONSTANTE, A ESTE NUEVO PROYECTO DE HOMBRE ES LA IDEA DE QUE AÚN ESPERANDO QUE DESDE LAS ALTURAS TE ECHEN UN CAPOTE NO ESTÁ MAL APLICAR, MIENTRAS TANTO, LO DE " A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO"...NO VAYA A SER QUE ENCIMA LO LLAMEN AL ORDEN POR POCO CELO Y NO PERSEVERAR EN ENCONTRAR UN EQUILIBRIO Y ARMONÍA PROPIOS...


YA LE IREMOS ECHANDO UN OJO ...(QUE SEA EL BUENO)...AÚN A RIESGO DE QUE ME REPITAN ...¿Y TÚ QUIÉN TE HAS CREIDO QUE ERES...?


UN FUERTE ABRAZO!

Anónimo dijo...

"Yo no mandé mis naves a luchar contra los elementos".
A veces lo elemental es flotar, no importa que el cuerpo esté bajo el agua si la cabeza sobresale de ella. A veces lo mejor es dejarse llevar un poco río abajo, aunque nuestras vidas sean los ríos que van a parar al mar. Mientras tanto, mano firme al timón y p´alante, mientras que el cuerpo aguante. Las Indias quedan cerca, ya se divisa la primera tierra.
"E la nave va".

No hay tempestad más peligrosa que la mar arbolada en nuestro corazón. Despues viene la calma y la playa se puebla con los restos del naufragio.

Hay una preciosa isla desierta, con sus palmeras, en el verde mar de Mágina ("No se está tan mal en esta isla y puedo acercarme a comer al Parador de Úbeda" - pensó un robinsón desconocido mientras ordeñaba a su cabra Ballantines).

Saludos al nietecito adorable, al abuelito adorado y a la moucha. (Y a Pilara, que no se enfade, que el sofá está muy duro).

Anónimo dijo...

¡Qué entrada tan bonita! No me había fijado en ella.

Gracias.


Publicación 2006
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