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sábado, 23 de enero de 2010

Amores que ...matan

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Nadie supo entender, explicar ni explicarse, la repentina desaparición de don Leandro. Tampoco, la posterior sentencia de la jueza titular de aquel Juzgado de Violencia de Género por la que se imponía a doña Patrocinio una prohibición de comunicación y de aproximación en un radio no menor de quinientos metros por término de seis meses y la pena de otros tres de trabajos a la comunidad, como autora de un delito de acoso psicológico en el ámbito familiar.

Eran un matrimonio ejemplar. Según el retrato moral que trazan las memorias convencionales, don Leandro no sólo era una persona intachable, serio, leal, afable, abnegado y de espíritu hasta filosófico. Todo un caballero, en el sentido más burgués del término. Seguramente, como todos, con permanentes y dolorosas aflicciones de las que nadie recuerda haberlo visto quejarse porque, como las sempiternas almorranas que padeció por su congénito estreñimiento, solía sufrirlas en silencio. Se diría que era el prototipo de un solitario refugiado en su superior responsabilidad de Jefe de Negociado de la Junta de Tasas que, desde casi cuarenta años, compartía techo, mesa y lecho con doña Patrocinio, esa criatura vivaz, chispeante, chistosa y simpática de camafeo prendido al pecho sobre vestido de raso gris con cuentas de azabache, negras y brillantes como sus ojos menudos.

Siempre juntos, cogidos del brazo, habían repartido las tardes de su matrimonio entre la cotidiana asistencia a los oficios del rito litúrgico de la iglesia de Santa Teresa y las visitas a los conocidos, donde el ritual con sus formas bien establecidas, sus plazos marcados, sus ritmos, sus reglas y su solemnidad, constituían la más pura expresión de una ceremonia social.

Y sin embargo, desde aquel día en que como todas las mañanas don Leandro depositó un beso en su frente y un "hasta luego", había desaparecido de su lado, por siempre jamás.

Desolada, desengañada, pero sobretodo indignada, la pobre señora doña Patro se prometió a sí misma no servir jamás a ser humano que pudiera escapársele. Y luego, para aliviar su soledad, se compró un perro.

Aquella tarde gris de un jueves del mes de febrero que la visitamos, pudimos comprobar que era un caniche precioso. Y lo más importante, que era suyo y solamente suyo. Tras haberlo vacunado y cercenado la mitad del rabito y recortado las orejitas, lo había llevado al veterinario para que lo castrara, librándolo de tentaciones libidinosas. Le compró todos los juguetes de la tienda canina especializada y hasta un coqueto tocador donde almacenaba, con mimo y por gama de colores, un vestidor de prendas de marca para cada estación. Tenía rejillas en las ventanas para que no pudiera salir de casa en prevención de los peligros que llenan las calles de conductores imprudentes y niños malvados. Lo bañaba en agua templada le aplicaba champú especial con aroma de canela, lo peinaba con secador y lo adornaba con lacitos.

Entrañablemente, lo amaba.

Sin permitirle, apenas, separarse de su lado, le regaló un precioso collar forrado de terciopelo con su cascabel de plata y una cadena finísima, para poder sacarlo de paseo. Y, a veces, cuando le parecía advertir cierta sombra de tristeza en la mirada perruna, le preguntaba con alarmante ansiedad: "¿ Qué te pasa? ¿ Es que no ves cuánto te quiero?". El perrito, no sabiendo contestarle, movía melancólicante el muñón de su colita y parecía decirle: " no me quieras tanto".

Recuerdo cómo mi madre no dio importancia a mi comentario infantil vertido al hilo de la impresión que me suscitó aquel sillón vacío de piel con orejeras situado frente al televisor, donde descansaba el atrasado periódico local abierto por la página de contactos: " Corina, chica fina y transparente, busca señor invisible para hacer... lo nunca visto". .


Por Malvís

18 comentarios:

Fendespekinés dijo...

Cave canem¡¡¡

Como decía Groucho Marx: "Fuera del perro un libro es el mejor amigo del hombre y dentro del perro probablemente esté demasiado oscuro para leer".

Saludos a Malvís y sobre todo a Mongui, compañero de fatigas, paseos matinales y vespertinos.
Un abrazo y guau, guau.

Pilara dijo...

¡No hay nada nuevo bajo el sol!...Y lo más seguro es que don Leandro lo comprobara al poco tiempo de haberse decidido a explorar otros mundos. Que, sin lugar a dudas, si hubiese sido más observador y aplicado tendría que haber sabido que todos ya estaban en el suyo.
Con un poco de imaginación, la mayoría de las veces, lo nunca visto se despliega ante nosotros para hacernos caer en la cuenta de que sólo es más de lo mismo.

Qué se lo digan al Mongui!

Patrocinio dijo...

Si ya se lo decía yo a Leandro mientras le limpiaba sus orejitas con el bastoncito de algodón... ¿quién te va a querer más que yo?

Visitación dijo...

No se preocupe señora quizás otra le diga ahora eso mismo, mientras con mucha habilidad le esté limpiando muy finamente...

Aunque ya sabe aquello de sarna con gusto...

Otro cafetito??... Mira que son ricas las pastas que ha traido usted, doña Patrocinio...

Syr dijo...

Bromas aparte, el relatillo es un intento por describir el perfil del maltratador psicológico a través del paralelismo conductual entre el perrito y el marido fugado, en un matrimonio tenido socialmente como ejemplar. Tiene un poquito de "mala leche", pero asociable a muchas parejas que todos conocemos y que, bajo una apariencia de normalidad, esconden la angustia de alguien asfixiado, anulado por falta de su propia libertad individual.

Anónimo dijo...

El relato era muy claro, la observación de Pilara, también. Lo que necesitaría ahora es otro relato donde se ejemplificara con la misma claridad el no acoso, el respeto de la libertad de la compañera o el compañero.

¿Cómo dice? ¿Que no es aquí donde se hacen relatos por encargo? Pues ya lo siento, ya. Es que... los casos, los modelos, si quiera las ideas, suelen venir tan bien...

De cualquier modo, gracias, Malvís, Pilara. Algo es algo. Mi perro os lo agradecerá.

(¿Alguien hará el favor de avisarme si es que debo resguardarme para no seguir metiéndome en un fuego cruzado o algo similar? Si fuera así, pido disculpas por adelantado.)

SYR Malvís dijo...

Para nada, Anderea. Como dice Fende, no hay más fuego cruzado que éste de Mongui. Por fa, no te resguardes y ven corriendo a decirle a Mongui que no me quiera tanto ¡ jolines¡.

LAQUEDUERMECONPEDRO dijo...

Para mi modesta opinión, ésto es pura ficción...pero como todos sabemos la realidad en muchas ocasiones supera y con creces a la más fecunda imaginación.

De todas formas la vida es muy compleja y como decía mi suegro: "¡¡Estos jóvenes no saben lo que corre un marrano "atao"!!

Baruk dijo...

Almudena, por descontado que aquí puedes solicitar relatillos por encargo!!, es más, me parece una idea genial!

A tu petición y aunque supongo que otros lo podrían hacer mejor, intentaré resumirte una frase donde se ejemplifique el no acoso hacia la libertad del compañero/a.

Una situación imaginaria podría ser esta: Cuando uno le dice al otro con pleno convencimiento: "Estoy muy a gusto contigo, gracias por tu compañía, es un regalo para mi que quieras compartir conmigo este trozo de tu camino!"

En cuanto al perrito, no deja de ser otro gran compañero necesitado de libertad, normalmente en casas urbanas los pobrecillos quedan bastante limitados, así que el no acoso podría ser dejarlo disfrutar de su condición de perro lo máximo que sea posible... revolcarse en la hierba, coger pulgas, roer huesos, oler el culete de otros perros, etc, etc, etc.


Besazo Almudena

juancar347 dijo...

Gracias a Fende, que me lo ha recordado, no puedo evitar citar otra frase genial del amigo Groucho. que decía: 'estoy solo, luego soy tan listo como yo solo'. Imagino que soñar con la soledad sería contraproducente para la Humanidad, pero evitaría que respetables ajenos, como don Leandro y doña Patrocinio pagaran sus años de inconveniencia con estos animalitos que, dicho sea de paso, cada día comprendo menos cómo pueden continuar siendo nuestros mejores amigos. Un abrazo a todos

pallaferro dijo...

Buen relatillo, Malvis. Invita a la reflexión sobre que el amor, para que sea próspero, debe ser generoso. Aunque cuesta permitir, a veces, a tu pareja que viva y se realice como la persona que es, que brille con su propia identidad. Duro proceso, a veces. Pero también muy enriquecedor para tu propia alma.

Me han gustado en especial los últimos comentarios. Vamos subiendo el listón, ! sí señor ! ... empezamos a sacarle jugo al tema.

Un abrazo,

Pilar Moreno Wallace dijo...

Reflexionando con el tema llego a lo que ya sabemos: la vida da sorpresas pero no tanto. Siempre hay algo que se presiente.

KALMA dijo...

Hola Malvís: ¡Temazo en la palestra! “è così l’amore”, ese complicado sentimiento que entra dentro de la inteligencia humana ¡Quién lo probó, lo sabe!
Y vaticino, que de una forma o otra todos lo hemos sentido alguna vez, cada uno a su manera, es tan variado.
En algún momento de la historia a D. Leandro y Dª. Patrocinio les tembló la voz, se desearon, amaron... Y cuando la curiosidad la pierde el trato y la pasión pasa a ser cotidiana, la pareja se centra en otros valores, amistad, complicidad, el compartir lo malo y lo bueno, son como fases, hay quien dice que el amor eterno no existe.
Hay personas que necesitan ejercer de alguna forma los derechos que le da un contrato, teniendo claro “lo que es de su propiedad”. Muchas veces no refugiamos en lo seguro, por miedo, incluso por cariño, como el que se le tiene a un perro, el miedo nos impide ser libres, somos cómodos, hay personas que viven en jaulas de oro, y el brillo les nubla la vista.
Los comentarios son ¡La caña! Me gusta la sugerencia de Anderea, aunque la convivencia es dura, hasta con respeto y libertad y con Baruk, compartir siempre es un regalo. Con Juancar, no tanto, el punto de vista de un peregrino, realmente en consonancia con tu vida, pero para mí, dista mucho de la realidad, aunque ¡En positivo! Y que Patrocinio se compró o pagó un perro, no “las pagó” con un perro y sinceramente si lo que buscaba era compañía y fidelidad, que mejor que un perro, que nunca se irá a comprar “tabaco”
El maltrato psicológico empieza en el momento que aceptas que si duermes en el mismo colchón, eres de la misma opinión, porque lo único que es realmente libre ¡El pensamiento!
Y ya me estoy enrollando, un abrazo.

Alkaest dijo...

Yo tampoco entiendo, como el Mongui sigue siendo el mejor amigo de Malvís, pero eso entra dentro de los "misterios gozosos"...

Claro que si algunos humanos, y perdón por la forma de señalar, también seguimos siendo amigos suyos, extrañará menos lo del Mongui, que al fin y al cabo es un "ser irracional", lo cual ayuda mucho.

En cuanto al tema... bueno. Después de 36 años de vivir juntos, la señá Polvorilla y menda, hemos tenido perros y gatos (y a veces hemos reñido como perros y gatos), e incluso tenemos amigos humanos.
Y todavía seguimos juntos, ¿será un caso paranormal?

O si no, como dijo el otro "al que Dios se la de, san Pedro se la bendiga".

Pero opinar sobre esto es pa'ná, porque cada cual cuenta la feria...

Y no es que me parezca mal, sustituir tu humano compañero por una mascota animal, en caso de deserción, pero ¿es preciso por ello pagarlo con el bicho, y tratarlo indignamente? O me van a decir que cortarle el rabo y las orejas, al perrito, no es una indignidad.

Salud y fraternidad (animal y humana).

EL MARQUÉS dijo...

Compadre Alkaest, tiene más razón que un santo... Y ...¡Un santo varón es lo que usted tiene que ser para llevar tantísimos años de sana convivencia con una mujer que debe de ser de armas tomar!...¡Sólo por el nombre ya me echo a temblar!
De todas formas seguro que no es de esas que "tunean" a su mascota, si no...¡Otro gallo cantaría!
Por otra parte, los que gastan formas tan insólitas y singulares de querer lo más seguro es que lo hagan con la mejor de sus intenciones...Aunque ya sabemos que son éstas mismas, las buenas intenciones, las que llenan el infierno.

Anónimo dijo...

Gracias, Baruk.

¿Pero tú crees que los hombres, por ejemplo, dicen esas cosas tan bonitas?
Seguro que sí. Ya me gustaría, ya. El problema es que quisiera también que el trozo fuera hasta el final. ¿Será ahí donde empieza el control y el acoso?

Me gusta el cuadro que pinta Alkaest, el de los 35 años juntos. Enhorabuena, Alkaest y señora.

Lo del perro era un decir, Baruk. Perdóname, por favor. Sin embargo, mi hijo, salvando las distancias, como me oiga me mata, se va a beneficiar seguro de lo que propones.

Un abrazo enooooorme, preciosa.


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Malvís, pero cómo iba a decirle yo nada a tu Mongui. En la vida se me ocurriría intervenir en una pareja tan bien avenida. Y menos, para romper el corazoncito de tu pequeñajo. Quita, quita.

Cúidese mucho, caballero.

Alkaest dijo...

Pues no crea usted, señor Marqués, que nuestros malos momentos también los hemos tenido, pero se han superado con buena voluntad y cariño. Y aquí estamos, con los dedos cruzados, para que la cosa sea duradera. Viviendo el día a día, que nos quiten lo bailao, y el día de mañana ya se verá.

En cuanto a la santidad, pues... a partes iguales, que ella tiene lo suyo y yo tengo lo mío. Parece de Perogrullo, pero seguro que usía me comprende.

Y en efecto, no me ha "tuneado", por carácter suyo, y porque servidor tampoco lo habría consentido. Es que una "mascota" debe darse a valer, y sacar los colmillos de vez en cuando, si no, te ponen el lacito, el vestidito, la bufandita, la correa (o el arnés) y de paso el bozal...

En cuanto a "los cariños que matan", son terribles, pero no solo en el ámbito de la pareja amorosa, sino en el de la familia, la amistad, el trabajo, e incluso los vecinos. Hablar de ello, daría para todo un tratado de "sicología forense"...

Salud y fraternidad.

Polvorilla dijo...

¿Qué podré decir yo que ya no haya dicho él? El señor Alkaest, por supuesto.El relato da "pa" mucho: parejas y amigos. Queremos controlarlo todo, hasta la vida del "de al lao", pero si no controlamos ni la nuestra.Creo que el amor, en el pleno sentido de la palabra (amigos, familia y parejas) debe ser siempre en libertad. Basado en el respeto hacia el otro y en la aceptación de lo que no nos gusta de él o de ella. Cuando todo empieza...¡qué bonito! Pero la continuidad es lo difícil y meto a todos en el saco. A ti tambíén Marqués de la Oratoria.


Publicación 2006
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