(Carta póstuma)
No
voy a hacer un panegírico de lo que has sido, es innecesario, todo el mundo
sabe que eras, por utilizar tres adjetivos, bueno, paciente y generoso. Con eso
queda todo dicho. Te recordarán como un enorme campeón de la bonhomía y la
tolerancia.
Yo,
además de eso, te recordaré como el hermano que se crió, creció y vivió contigo
los años de la niñez y la juventud, juntos, bajo el mismo techo, siempre en
armonía. Que aprendimos juntos en la escuela, en la Universidad y en la Vida, a
amar la lectura, la música, el cine, a hablar de todo, con o sin respeto, a
discutir, a aceptar las decisiones de los padres, razonadas o no, y en fin, a
ir por la vida con dignidad y molestando lo menos posible.
Y
ahora te vas, o quizá sea más preciso decir que te llevan, y nos dejas sumidos
en un pozo de pena y desolación. Me gustaría decirte adiós por seguiriyas, pero
ya sabes que ni por voz ni por oído puedo, y me consuelo pensando que tal vez
tu marcha sea muy mala para nosotros pero no necesariamente para ti.
Tengo
creído que a la gente buena se la llevan antes. La quitan de sufrir en este
valle de lágrimas. Ahora se vive mucho, quizás demasiado, y la mayoría
malamente. La Iglesia quitó lo del Purgatorio hace algunos años, puede ser
porque la gente lista de la Curia se dio cuenta que, con tanto vivir, el
Purgatorio estaba en los últimos años de la vida.
Te
has ido pronto "pal" Jardín, como decía nuestro admirado Beni de
Cádiz. Alguien, seguramente tu madrina Carmela, ha decidido que entraras directamente, acompañado por la
Virgen del Carmen, sin estos últimos veinte o treinta años de penurias por
hospitales, consultas y residencias, quién sabe si discapacitado y/o abstraído.
¡Pues sabes que te digo! , que mejor para ti y peor para nosotros.
Nosotros
nos quedamos aquí, sumidos en dolor y desesperación y tú estarás allí, tan
ricamente. Me figuro la alegría con la que te habrán recibido Tomás y el Pérez,
y la sonrisa del tito Andrés, el tito Juan José, el tito Pablo y tu suegro Paco
diciendo: ¡ nene, ahora si que viene un buen "ligaor"!.
Mariano,
espéranos ahí, iremos cuando nos toque. Entretanto, te echaremos
permanentemente de menos. Que la tierra te sea leve, querido hermano. Hasta
luego, Mariano.
Por Juan
Francisco Martínez Pérez.
Y
todo esto ocurrió en la Fraga de Malvís, un fatídico 16 de Julio de 2018.




1 comentario:
"Nos vamos yendo, Manolo, nos vamos yendo;¡quejoderse!", me dijo Paco. Que a veces, cuando habla con su hermano Mariano o con su madre Ascensión le pide si pueden aclararle algo, pero no le dicen nada y que se lo toma como un "¡déjate ya de tonterías!, ya te enterarás cuando te llegue el momento, como todo el mundo". Que vivir, en cierto modo, es un arte. Se está convirtiendo en un inventario de fechas, guarismos y rostros que se van recuperando o dejando en el desván del olvido, a medida que avanza el tiempo, a veces aliado, a veces enemigo, según la ocasión y el interés. Vivir es una travesía cada vez más pesada y fatigosa entre el dolor y el placer, tan cerca y tan lejos; entre el deber y el deseo de durar lo que se pueda, lo que nos dejen, oiga, lo que vayamos arrancando a la terca realidad. Y aquí seguimos, a la espera de que nos toque prefiriendo que sea muy, muy tarde. ( Hijos del Aznaitín). Un abrazo, querido hermano de leche.
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